Un fin de semana lleno de música, naturaleza y encuentros genuinos: en el festival de círculos de árboles "¡Auftakt! Música, árboles e historias" en Burg Bernstein, se reunieron personas que aman los árboles, aprecian la música y quieren marcar juntos la diferencia. Durante dos días, la gente hizo música, escuchó, comió, cantó, contó historias y conectó con la naturaleza y entre sí.
Especialmente conmovedor: "La guitarra y el árbol".
El sábado comenzó con una visita biológica a cargo de Johanna Almásy, que nos condujo por la fascinante flora que rodea el castillo, salpicada de anécdotas y experiencias emocionantes.
En el concierto coloquio "La guitarra y el árbol" Piezas musicales, poemas e historias nos llevaron a los orígenes de los instrumentos y, por tanto, a los árboles. Se pudieron escuchar melodías antiguas, composiciones originales y melodiosos ejemplos con la guitarra, el violonchelo, el ukelele y el cajón. Los constructores de instrumentos y los músicos también dieron su opinión: ¿De dónde viene la madera? ¿Qué hace que suene especial? ¿Cómo podemos garantizar que estos árboles sigan creciendo en el futuro?
El proyecto "Árboles de la Armonía", iniciado por Tim Martina Schäffer, también se puso en marcha esta tarde, con el objetivo de plantar y proteger árboles que también desempeñan un papel en la fabricación de instrumentos musicales. Un buen comienzo: Gracias por las generosas donaciones.
Indulgencia en el castillo: la comida como experiencia
El sábado se completó con una cena festiva en los salones históricos del castillo. El cocinero de hierbas sirvió un menú de varios platos con hierbas silvestres, verduras frescas y carne de la región, preparado con esmero y servido a la luz de las velas. El ambiente era cálido, las conversaciones animadas y la atmósfera especial.
En el bosque: música, cuentos de hadas, asombro
La mañana del domingo estuvo dedicada al bosque. Un paseo juntos por la naturaleza, con estaciones para cantar, escuchar y hacer pausas. Piezas musicales y breves impulsos de atención plena acompañaron el paseo. No fue espectacular, pero sí profundo, y para muchos un momento para llegar de verdad: consigo mismos y en el mundo. La excursión se coronó con dos estaciones en medio del bosque, donde el cuento de hadas del maravilloso peral nos transportó a otro mundo y se pudieron admirar y escuchar instrumentos de madera de todo el mundo.
Picnic y final en el patio del castillo
Después hicimos un picnic todos juntos en el patio del castillo, con pan casero, pastas saladas y aperitivos dulces. El fin de semana terminó con sol, música y buen humor. Un espontáneo concierto final de los músicos puso el broche de oro, con piezas escritas y compuestas especialmente para la ocasión. Aplausos atronadores.
Lo que queda
AUFTAKT! no era un festival cualquiera: era un punto de partida deliberado. Para nuevos proyectos, para la creación musical sostenible, para una comunidad viva. Para muchos, fue un fin de semana que les inspiró para pensar en el futuro, seguir participando y crecer juntos.








